BCCPAM000540-5-07000000000000
Ó CARTAS Á SOR MARGARITA 63 dónde, cómo y cuándo hallaríamos la dicha de consa- grarnos á Dios, ofreciéndole los dones de nuestro amor; y ellos nos lo dijeron, ellos nos dieron luz, ellos nos en- caminaron; comenzamos de nuevo la marcha, y de se- guida volvió á brillar la estrella que se nos había ocul- tado. ¿Nó ves, Sor Margarita, cuántos puntos de con- tacto tenemos con los Santos Reyes? Pues aún hay más tadavía. Ellos siguieron su camino adelante y llegaron al portal donde hallaron al divino infante con su madre; y postrados en tierra lo adoraron, abrieron sus tesoros y le ofrecieron sus dones, consistentes en oro, incienso y mirra. Lo mismo hicimos nosotros; tuvimos constan- cia, porque nos la dió el Cielo, para perseverar en nues- tro intento; y al fin llegó el momento dichoso en que hallamos lo que por tanto tiempo deseaban nuestras almas; encontramos aquí en el claustro al divino Me- sias, y postrados á sus plantas, con la frente pegada al polvo le adoramos, le dimos crac ias, le abrimos los tesoros del corazón y le ofrecimos nuestros dones: oro, como á Rey; incienso, eomo á Dios, y mirra como á hom- bre. Le ofrecimos el oro del amor, que aventaja en ya- lía á todos los tesoros de la tierra; le ofrecimos el in- cienso de la oración, más crato para Él que todos los aromas del mundo; y le ofrecimos la mirra de la mor- tificación, más provechosa para nosotros que los bál- samos preciosos del Oriente. Nuestra dicha en esta parte es tan grande como pudo ser la de los Reyes Magos: ellos fueron llamados al conocimiento de Cristo, y nosotros también; ellos lo buscaron, y nosotros también; ellos lo hallaron y nos- otros también; ellos lo adoraron, y nosotros también; ellos le ofrecieron dones, y nosotros también; ellos mo- raron en su compañía, y nosotros también; ellos fueron admitidos al dulce ósculo de Jesús, y nosotros también;
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz