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Y ARRULLOS DE PALOMAS 447 os atraveséis en mi camino ¡¡dejadme!! yo quiero se- guir á mi Esposo en sus humillaciones y afrentas: yo quiero ser pobre como él, despreciada como él y abati.- da como él. ¿Cuándo ¡Jesús de mi alma! voy á seguirte tan de cerca? Para seguirte asi, ¿es necesario sufrir y padecer? Pues bien; yo sufriré amando, y amaré su- friendo. ¿Y había yo de querer ser tenida y estimada. cuan- do tú fuiste por mi amor hecho el oprobio de los hom- bres? ¿He de querer yo abundancia y comodidades, cuando tú no tenías donde reclinar tu hermosísima ca- beza? ¡No, vida mia! no: un esposo rico tiene una es- posa rica; un esposo pobre tiene una esposa pobre; un Esposo crucificado no puede tener más que esposas erucificadas: Él no puede ofrecerles más que las co- modidades de la cruz, pero también las delicias de su amour; ¡amor que hace enloquecer! Llévame en pos de tí, ¡Amado mio! dándome á gustar las amarguras y y dulzuras de la cruz, las penas y delicias de tu.-amor, ¿Cuándo ¡hermoso mio! me voy á ver despreciada, é injuriada por tí y hecha'el oprobio de todas? ¿Cuán- do aquellos seres que yo más amo me van á despreciar? ¡Ay! entonces yo estrecharé tu crucificada imagen con delirio sobre mi pecho, y vertiendo lágrimas que las criaturas hagan brotar de mis ojos (al fin como débil mujer) exclamaré: ¿No yes cómo me desprecian, vida mía? Como á tí, lo mismo que á tí. ¿No ves cómo aque llas acciones mias hechas con la más recta intención y sólo por agradarte, son mal interpretadas, y á los ojos de las criaturas parecen siniestras y torcidas? Como tú, lo mismo que tú, ¡Jesús de mi vida! ¡Ay! qué cerquita te sigo! me parece sentir sobre mis hombros algo que se parece á tu cruz: así.... así quiero seguir- te, ¡Esposo adorado de mi alma!, hasta que vengas por mí á una de estas celdas solitarias.