BCCPAM000540-5-07000000000000
412 FLORÉS DEL CLAUSTRO Así exclamó la mia al hallarte, y asi clama ahora en tu presencia, pues aunque oculto á mis ojos, sé que estás ahí en ese Sagrario que contemplo con amor; y que estás con la misma grandeza y majestad que en el cielo Empíreo, oyendo los suspiros de esta alma que viene buscando amores á tu sagrado altar en el silen- cio de la noche. Hablemos, pues, Amado mio, hablemos de nuestro amor dulcísimo, sin ruido de palabras, de corazón á corazón, con.ese misterioso lenguaje de las almas. Háblame y resuene en la mia tu voz, más dulce que el arrullo de la tórtola enamorada. ¿Me amas, Vida mia? ¡Oh qué dicha! Paréceme que percibo allá en el fondo de mi alma tu voz dulcí- sima que me dice: ¡Sí, te amo! tu amor me tiene preso en este Sagrario.... ¡Cielo santo! ¡qué asombro! ¿Ha dicho que mi amor lo tiene aprisionado? ¿Mi amor, Jesús mio? ¿Mi amor tenerte á tí prisionero? Repítelo otra vez, Vida mia, repítelo otra vez y déjame morir de felicidad! ¿Mi amor? ¡dímelo otra vez! ¿Mi amor? ¡Ay, el tuyo sí que me tiene á mí aprisionada! ¡Yo soy también prisionera de amór como tú! Mírame bien á través de estas rejas y de estos muros que me cercan por todas partes, y verás que yo también soy prisione- ra de amor como tú; y aquí guardada en mi prisión, vivo del mundo olvidada, vivo de ti enamorada, vivo penando de amor; y como tú eres mi amigo y mi com- pañero de prisión, por eso vengo á las rejas de mi cár- cel á consolarme contigo y contarte mis penas. Porque ¿no es verdad, Bien mio, que hay penas que se cantan, y que se cantan llorando, como yo te canto las mias? Pues aquí te cantará mi corazón de ese modo hasta que los primeros rayos del sol doren las altas vidrieras del templo, y oiga trinar las aves en la floresta de mi jardín; y el sol con sus rayos de oro y las aves con sus
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz