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Ñ ' A E : O Es E si O CARTAS A SOR MARGARITA 349 Si hablar quieres con acierto, si te vences á tí misma oye á todos y tú calla, haces la mayor hazaña. que siempre ha sido hablar poco Sigue la comunid el nivel de las palabras no faltes á la observancia, h Con este mucho callar y excusa la indiscreci a lograrás la gran ventaja de ccsas extraordinarias 3 de vivir en tí escondida Estas son perjudiciales y en ta Dios siempre empleada donde la prudencia falta; y En los asuntos á que y es cierto faltará, cuando 7h tu obligación no te llama, por gusto propio se hagan bl ni los quieras entender Sólo á Dios y al Director ni tomes en ellos cartas ¡ les corresponde inspirarlas; Es una cosa mal vista, lo que sin éstos hicieres, y que mil disgustos causa, tenio por acción frustrada a introducirte en negocios Haz las cosas á su tiempo, ajenos de tu importancia cuando y como se te mandan, : - Excusa toda porfía, sin desidia y sin perez Jl no s»lterques, que es mala mañ tampoco precipitada , y toda contienda suele En hacer las cosas bien 14 terminarse cop desgracia. has de poner tu eficacia e Nunca de alguno murmures, el modo tal vez conduce p guarda á todos las,espaldas; no menos que la substancia A si tú guardas las agenas Recógete en tu interior 111 tendrás las tuyas guardadas. con frecuencia, y encerrada IN A ninguno mortifiques trata con tu Dios allí | con obras ni con palabras; el gran negocio del alma + trata á todos con respeto, Esto lo puedes hacer . fi que el amor así se capta en cualquiera circunstancia, Da lo que pasa en el mundo mientras rezas, mientras comes, ñ jamás quieras saber nada; enferma ó estando sana: . deja á los muertos que allá No dejes al pensamiento con sus muertos se las hayan. | que se ocupe en musarañas; Hs impropio hablar del siglo, recógelo en tu interior, al que en el claustro se halla, y hazlo que de allí no salga | y el tratar de sus delicias Si haces esto, á Dios tendrás á quien viste una mortaja. entronizado en tu alma; Poda singularidad será tu amparo en la tierra 4 por lo infinito que daña, y tu premio allá en la Patria.» ' has de detestarla siempre | ¡Adiós, buena Margarita, y en todo tiempo excusarla, l se acabaron nuestras cartas, ” Núnca llames la atención | y pido á Dios que te sirvan | para hacerte una gran santa! FR. A. a con empresas señaladas; A, a