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+ pe 4 1 312 LA VIDA RELIGIOSA gar las elecciones se encuentran por el convento á cada paso corrillos de monjas entretenidas en este diá.- logo: —Mira, Sor mía, vamos á sacar Abadesa á la Ma- dre Fulana, que es de nuestro bando Ó de nuestra tierra.—¡No! Vamos á sacar á Zutana, que es parienta de V. R.—No, á mi parienta no, que nos va á tener todo el día en silencio rigoroso, sin dejarnos hablar.— Pues entonces ¿4 quién elegimos?—A la Madre Tal, que trata mucho conos de fuera, los bienhechores la quieren bien y no nos faltarán regalillos ni nos prohi- birá las rejas frecuentes. —Mira, quizás será mejor la Madre Cual, que ésa nos dará buenas recreaciones, porque es aficionada á éso. —Bien; pero si la nombra- mos va á poner en el torno á Tal, y ese sitio lo quiero yo para mí.—Pues eso es muy facil, apenas salga ella nombrada pides tú ese puesto delante del Visitador y no te lo negará: etc., etc. En el corrillo de más allá se dice otro tanto; y para elegir Prelada ponen la mira en sus propios intereses y pretensiones; en que aquélla es mi amiga, ó es de las mías, y me favorecerá ó me dejará hacerlo que yo quiera, ó contribuirá después á que yo sea elegida otro trienio; y cuando llega la hora de elegir lo hacen como lo han hablado ó peor. De tales elecciones se queja Dios amargamente por el Profeta Isaías con estas palabras: ¡Vae filii de- sertores!... ut faceretis consilium et non ex me. ¡Ay de vosotros hijos desertores!... que 0S juntais en concilio sin mi! Habeis tocado la campana á Capitulo y os ha- beis reunido para hacer vuestras elecciones sin contar conmigo, sin tomarme parecer; antes echándome de ellas, para que yo no las presida ni en ellas tenga voto. ¡Ay de vosotros! Consejo..., y ¿sin dar parte al cielo? ¿Capitulo y elecciones sin Dios? ¡Así saldrán ellas! tan desastrosas que la religiosidad vendrá á tierra y todo parará en relajación. Eso es lo que vosotras que-

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