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<e PP 206 LA VIDA RELIGIOSA sa de Jesús, y recibe la corona..... Pues, siendo las vírgenes esposas de Jesús, claro está que si son fieles, comunican con Él confidencialmente, son de Él ama. das con amor más especial, están unidas á Él con más estrechos lazos, y alcanzan de Él mayores gracias. Aquí tienes en compendio, no todos, sino sólo ca. torce privilegios de la Virginidad. Ella es señal de pre- destinación, da al alma un nombre glorioso, la hace herencia y propiedad de Dios, comunica un conoci- miento más claro de la divinidad, inunda al alma de júbilo santo, la adorna de cierta luz que la hace brillar como el sol entre los astros, sigue de cerca al Cordero divino, es adornada con el nombre del Esposo celestial; cántale 4 éste un cántico singular y siempre nuevo, hace al alma esposa de Cristo, cómunica con Él más confiadamente, recibe mayores gracias, está unida á Dios con más estrecho lazo, y alcanza para los demás favores especiales. Bien declaró este último privilegio el gran San Leandro, Arzobispo de Sevilla. Tenía este Santo una hermana virgen, llamada Florentina; y con ser tantos los méritos de este varón esclarecido, puso toda su confianza en los méritos de su santa hermana, por ha- berla él consagrado á Dios con el velo de religiosa. Y así le escribe diciendo: “Tu eres mi seguridad y de- fensa en el tribunal de Cristo; tú la prenda por cuyo respeto espero obtener sentencia favorable; tú la vícti- ma preciosa que expiará mis faltas; no ha de entriste- certe ni negarte nada el que te escogió para. esposa, y por esto tu desposorio con Cristo me da esperanza de salvación, porque el amor que Él te tiene le obligará á tratarme con indulgencia. Teniéndote por hermana, no temo tanto el juicio, porque el castigo que merezca se aplacará, si tu castidad se pone por medio. Por no contristarte el Juez á tí, me perdonará á mi, para que

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