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peo 7 PR esa filiación divina, y no ve en el Cruci- ficado más que la víctima destinada á recibir los golpes de su justicia. Esa víe- tima es en sí misma infinitamente san- ta; pero está cargada con todos los peca- dos del mundo y con la odiosa respon- sabilidad de todos ellos; ha salido fiador de nuestras deudas, y la justicia divina se las está cobrando ahora; se ha empeca- tado por nosotros, co:1o dice enérgica- menteel Apóstol, pro nobispeccatum fecit; (1) y Dios no tiene ni puede tener para el pecado más que odio, detestación y aborrecimiento infinito. Use desamparo de Cristo en la Cruz es el desamparo que el pecador merece; y por lo tanto el abandono de Dios que merecemos nosotros cada vez que come- temos una culpa mortal. Tal vez fué esto lo que, nos quiso enseñar la víctima sacrosanta al proferir esta palabra con voz fuerte, con clamor grande, como 1 dice el texto. (2) No habló «hora en tono 1) II Cor. V. 21 0 2) Malta. XX VIT, 48.