BCCPAM000540-3-36000000000000
— 26— hunden al hombre en los abismos del dolor eterno? ¿Qué dirá Jesús? Ah! ya lo presiente el corazón humano. Jesús ya antes de todo á defender su inocencia; ya á volver por la honra de su Madre in- maculada, que pasará á la historia como Madre de un criminal vulgar, si Él no la defiende, justificando su propia inocen- cia. Por eso presiente el corazón que la primera palabra del Redentor en la Craz va á ser para justificarse, á fin de no mo rir bajo el peso abrumador de la calum- nia, de la impostura y de la envidia, que lo han condenado al suplicio (1). Y si no es para eso su primera pala bra, entonces es natural que Jesús abra sus labios para maldecir á los que tan im- pía, bárbara y cruelmente le maltratan. Elias era un profeta de Dios. y viéndose perseguido de sus enemigos, pidió que bajara fuego del cielo sobre ellos, y el fuego los devuró (2). Eliseo era un san. to, y al verse escarnecido por unos inso- lentes, los maldijo, y las fieras devoraron a Math. XXVII, 18 2) TV. Reg. 1.12
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz