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— 108 — chosa para la tierra, ui más espantosa para el infierno. Los demonios se estre mecieron de oirla, porque vieron en ella la destrucción de su imperio: la tierra la escuchó con júbilo inefable, porque vió efectuada su redención; y los ángeles ba- tieron palmas, cuando la pronunció Cris to, aplaudiendo el triunfo del Cordero, que con su sacrificio (1) abría las puertas «lel cielo, cerradas antes para el hombre 1 Consummatum est! 17% Tengo para mí que esta voz de Cristo o en la Cruz, era aquella de la cual dijo Da vid (2) que el Señor hablaría con voz de ll virtud, con voz de magnificencia, con voz que troncharía los cedros del Libano, con voz que extinguiría las llamas del fuego, con voz que conmovería' y pondría ll espanto en el desierto; porque con esta palabra de virtud omnipotente derribó Jesucristo en tierra á los espíritus infer- nales, altivos y erguidos como los cedros del Líbano; libró de las llamas del averno 14) á todos los que se aprovechen de su san: (MM) Apoe. V. 12 Y Ps. XXVII.