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; $5 delante, tomindole los piés, lavandoselos, besan- doselos, estrechaéndoselos, y aun regéndoselos con sus lagrimas y acompaiiando esta accion ex- terior con otra interior aun mas admirable, pues hablaba el Corazon que era todo amor, y bondad, y suavidad, con el que era todo odio, iniquidad y dureza. Entonces decia el maestro al discipulo aquel amoroso razonamiento que el Profeta ex- presara, afirmando que se conformaba con que otros lo odiasen y Je hiciesen mal, ya que habian querido odiarlo gratuitamente; pero que su Co- razon no podia ver, sin partirse de dolor, que un amigo lo maldijese (1). ;Ah! El amor que Je- sucristo muestra al discipulo aleve, es una de- mostracion sensible del que tenia 4 todos los pe- cadores, pues en fuerza de este amor bajé del cielo 4 la tierra. Y gdénde estaria yo, sino me hubieraamado tambien de esta manera? Despues de tantas ofensas, cual seria el estado de mi al- ma, si en el esceso desu amor Jesus no me hu- biera mirado con ternura? El justo debe al amor de Jesus su justicia, y el pecador su arrepenti- miento y sus lagrimas, y ambos le deberdn la ber sev erancia. (1) Psalm, 54, v. 14.
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