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yes oh suyo, les dijo que lo ejecutasen asi como él lo nase bia hecho con ellos. ,Quién examina la naturaleza del amor de Jesus y el objeto de este afecto, sin admirar la caridad infinita de Dios? Eramos todos pecadores, y por consiguiente enemigos suyos, y eso no obstante, hizo Dios brillar su amor hacia nosotros queriendo que su Hijo muriese por los impios (1). Es este amor de Jesus 4 los pecadores de tal naturaleza‘ que escede toda comprension criada, por haber llegado 4 un limite que no es conocido de los mortales. Porque el mismo Jesus nos dice, que en el eSceso de amor nadie puede ir mas alla que d4dar su vidapor sus amigos (2); mas, este acto, que seria el heroismo delamor entre los hombres, no lo era para el Corazon de Jesus, que daba su vida por los que eran sus enemigos. Y en ver- dad, sabian los hombres que alguno habia dado su vida por su bienhechor; pero se dudaba que alguno muriese por un justo: mas, {podria ima - ginarse nadie que hubiese quien se sacrificase por sus enemigos? jAh! Es tan benéfico y compasivo el carifio que Jesus profesaba 4 estos, que se le vé derramar ldgrimas, y exhalar profundos sus: piros, que salen de un Corazon herido de amor, precisamente porque sabe que ellos lo odian y (1) Rom. ¢, 5.v, 8 (2) Joann ¢, 15, y. 18.

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