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—53— por la gracia del altisimo, fué tambien siempre santo éinocente, por que estaba predestinado en los consejos divinos 4 dar calor y animacion al Corazon del mismo Dios humanado. Nada habia por tanto en el hombre, para que Dios lo mirase con amor. Pero miré el Padre al corazon de Jesus, en el cual se complacia, ora por su santidad infinita, ora porque contenia aquel fuego, que habia de abrasar la tierra, y en él y por él amé a los hombres en caridad eterna. (1) jOh cusnto debe la humanidad al Corazon de Jesus! Asi como por un hombre entré el pecado en el mundo y por el pecado la muerte, pecando todos en él y muriendo tambien todos en él, asi tambien por la justicia de uno solo, que es el hombre Dios, reciben todos los hombres la re mi- sion de la culpa, la gracia y justificacion, y la san- tidad que los lleva al Cielo, sobreabundando la gracia, donde abundé el delito. De modo que, asi como el pecado del primer hombre encierra un _ desprecio formal de la divinidad, y una falta ab- soluta de caridad hacia todos sus hijos, que en ¢l _y por él son condenados 4 la muerte temporal y eterna, asi cuanto el Hijo de Dios humanado ha- ce es una prueba irrefragable de que hay en su Corazon un amor infinito 4 su eterno Padre, con (1) Jerem. c. 81 v. 3.

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