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fo Y es este amor del corazon de Jesus puramen- te gracioso, sin que haya precedido mérito algu- no de parte de los hombres, atendido que, siendo nosotros sus enemigos, hemos sido reconciliados con Dios por su sangre, y justificados en ella, nos sal- vamos de la ira divina por & mismo.” (1) Asi es que, siempre que leemos en las divinas escrituras que Dios nos amé y que amé al mundo, debe ca- da uno de los hombres decir con 8. Pablo “Dios me amd y se entregd & si mismo por mi.” (2) Es- to quiere decir que el corazon de Jesus no solo nos ama sin merecerlo nosotros, sino que nos de- vuelve amor por odio, pues nos ama cuando por la culpa no somos sino objeto de ira é indigna- cion. Mas este corazon amantisimo sabe discernir en los hombres lo que pertenece en ellos a Ja bon_ dad y sabiduria divinas, y lo que proviene esen-. cialmente de la malicia humana, amando lo que es suyo y aborreciendo lo que es nuestro, detes- tando el pecado y queriendo entraiablemente al pecador, pues lleva impresa en su alma laimagen de la naturaleza divina. Perfectisima como es en su ser cada una de las almas, es un acabado tra- sunto de la divinidad, complaciéndose Dios en (1) Roman ec. = ie 8) Dilexit me et tradidit semetipsum pro me, Galat. c. ii ceinenlill cna whathat