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—42— simo télamo, se entregaba todo entero4 la Virgen amandola como el hijo ama 4 su madre, 4 quien debe su existencia. j|O maravilla incomprensible! jO dignidad de muger que causa estupor y éxta- sis «los mismos serafines! Es Maria la primera pura criatura, que por su Cignidad fué prevista desde la eternidad por el entendimiento divino; porque estando predestina- da a ser Madre de Dios, no podia estar -separada ni un solo momento del Hijo en la eleccion divi- na. Y en efecto, siendo la Encarnacion del Ver- bo en Jas entraias de Maria la primera de las obras del Eterno, la primera criatura que vé la mente divina es la madre. que ha de tener en la generacion temporal su Hijo bien amado. Asi, la amaba Dios desde toda la eternidad; pero, ,c6mo la amaba? La amaba con éxtasis, porque. esta Virgen con unos halagos desconacidos al hombre, hirié y arrebaté el Corazon divino, apoderando- se de él y envolviendo en sus lazos amorosos i Ja misma sabiduria increada, que con un amor tierno se queja duleemente de tan incomprensi- hle fuerza de esta doncella, que la tiene herida y cautiva en su purisimo amor, y la dice “7 has herido mi Corazon, hermana esposa mia.” (1) (1) Vulnerasti cor meum soror sponsa mea, (8, Bernard, in cap, 4, Canticor.)

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