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ae cito, la grandeza del amor del Hijo se descubre con asombro-de los mismos serafines, cuando aiia- diendo prodigios 4 prodigios, se ocultan bajo los accidentes del pan, no solo las glorias de la natu- raleza increada, sino tambien el cuerpo que tanto padecié en el Calvario y el alma que estuvo tris- te hasta la muerte. ;O amor del Corazon de Je- sus verdaderamente incomprensible! Viera Isaias al Dios de infinita magestad oculto en el cuerpo que tomé; y sorprendido de tanta dignacion, lo liamé, Dios verdaderamente escondido. jAh! ,Cémo lo llamarémos al verlo reducido 4 tanta humilla- cion en la Eucaristia? Es un Dios que nos ama; llamémosle pues nuestro tierno y generoso aman. te, y demdsle nuestro corazon. Punto seGuNDO.—AL vecorrer la vida de Jesu- cristo, se advierte que el pensamiento por decirlo asi,mas intimo que ocupa su alma, es el de la realizacion de aquel momento, en que abrira la sala del convite celestial, en el cual sera el man- jar su cuerpo mismo, y el néctar suavisimo su sangre, los que, tomados por los escogidos enjen- draran en ellos la gloria é inmortalidad. Jesus es aquel grano de trigo que no se multiplica, sino despues que ha muerto en las entraiias de la tier- ra. (1) Jesus es aquella vid, dela cual penden los eas Joan cap. 12 y. 24, nge mmo

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