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—341— de Jesus? ;Quién calculara hasta que punto Ile- garon sus humillaciones? Jesus sabia que aquella. impasibilidad a que habia renunciado, se le habia de devolver en el dia de su resurreccion, no solo como un dote esencial a su persona, sino como una corona debida a los padecimientos que sufri- ria en Ja naturaleza humana, y como una gloria, que mereceria de su Padre, despues de larga ora- cion mezclada de suspiros y lagrimas. {Quién es capaz de valorar lo que es un amor, 4 cuyo im- pulso pasa Jesucristo largos aios trabajando pa- ra ganar la resurreccion futura para nosotros, al paso que se postra ante su Padre pidiéndole la suya? Entre tanto, fueron estos los anhelos del ¢ora- zon amantisimo y los deseos que expresaba en sus oraciones: Ti no permitirds, decia & su Padre, que mi vida quede en el seno del sepulcro, ni deja- rds que tu ungido veala corrupcion: Ni querras que 8é avergiienzen por mt los que te esperan, 6 Dios de las virtudes, ni que queden corridos los. que té buscan,6 Dios de Israel; pues por tu causa me he visto denostado y cubrié mi rostro la ver- giienza. Y orando de este modo, /ué oido por la reverencia que tenia d su Padre, y por el respeto debido # su altisima dignidad. ;Ah! gCudn inefa- ble no seria el gozo del Corazon de Jesus en el
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