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—324— pasado, lo presente y lo futuro, teniendo una in- tuicion clara y distinta de lo que el pecado ofen- de 4 la santidad infinita y de las consecuencias hor- ribles que sobrevienen 4 quien lo comete. j|Qué dolor tan intenso siente al ver cuanto han ofendi- do los hombres 4 su Padre! ;Qué pena lo devora, al contemplar las desgracias que causé la culpa! Pero, como en aquel mismo momento Jesus reci- bié en la naturaleza humana la sagrada uncion de la alegria, siendo consagrado por su Padre, Rey que establezca en la tierra el imperio de la virtud, Sacerdote que medie entre el cielo y la tierra, victima que derrame su sangre, para que santifi- que al mundo y altar en que dure eternamente el fruto de la oblacion, lleno de gozo del Espiritu Santo alabé 4 su Padrey le dié gracias por el bien que dispensaba 4 toda la humanidad. Mas, {con qué caridad tan ardiente se dispone 4 pagar 4 su Padre la deuda que tiene con él toda la humanidad? Con una ciencia infinitamente ma- yor que la de todos los justos juntos, vid el gran abismo qne separaba 4 la descendencia de Adan de su destino primitivo, por haber sido puestaen olvido la verdad: y que no habia quien se pusiese de por medio, (1) porque todos los hombres eran peca- dores. Pero hallé la salud en su brazo, y su misma (1) Isai. cap. 59. v. 16,

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