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—314— Corazon de Jesus. {Quién puede echar sobre él una mirada; sin contar las bofetadas, los insultos y las blasfemias, con que Jesus ha sido herido, denostado y anatematizado. No solo es Jesus la luz que ilumina 4 todo el que viene 4 este mundo, sino el volcan encendide de donde nos viene el amor, que debe unirnos 4 él. zPodrémos oir sus voces dulcisimas, con que nos convida con una felicidad eterna, que nos ha ganado con sus humillaciones infinitas, sin que se conmuevyan nuestros corazones? {Podremos con- templar su Corazon, derramando sangre, sin agra. decérselo? ;podrémos verlo cubierto de ludibrios sin derramar una lagrima, y enamorado todo él de nuestra bajeza, sin que arrebate nuestros afectos? jAh! {Qué hijono ama 4su padre? ,Quéingénuo no ama 4 quien le dié la libertad? gQue privado no afecciona al principe que lo ha ennoblecido? Dios es nuestro Padre, que nos ha adoptado por hijos en su propio Hijo, que nos ha dado libertad en su sangre y nos ha prometido una herencia en el cielo, unida 4 su mismo patrimonio eterno, y no es posible mirar al Corazon de Jesus, sin que se nos presenten todas esas finezas del amor infinito de Dios hacia nosotros. Meditemos por tanto ca- da diala pasion de Jesucristo, para que crezca en nuestros corazones el fuego del amor divino.