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‘ —313— sus bellezas infinitas y nos extasidramos en su contemplacion, y al mismo tiempo tuyiéramos siempre ante nuestros ojos cuanto ha hecho Dios por nosotros, como Padre amoroso, como Criador y Redentor, y lo amaramos, porque él nos amé primero y dié su vida por salvarnos, ya que no lo amabamos por habernos sacado de la nada. Es- to hizo el Padre: mas, {qué no hizo el Hijo? Jesus nos presenta su Corazon como una me- moria perenne de lo mucho que nos ama, y si es- tamos en contacto con él, se cumplira en noso- tros lo que él mismo anuncié por su profeta di- eiendo: que se convertirdn d é, cudntos conozcan y tengan presentes los esfuerzos que hizo para salvar- nos (1) En este Corazon reside, no la representa- cion, sino la realidad del amor infinito, que Dios nos tiene: toméd sobre si nuestros pecados, entre- gando su vida por borrarlos, y para conseguirlo, se hizo victima del mas acerbo dolor y fué des- pedazado por tristezas mortales. Miles de azotes han descargado sobre su cuerpo, y todos han re- sonado en este santuario de la caridad diyina: horribles espinas han pasado su cabeza, y todas han agujereado el Corazon amante: tres clavos han suspendido el cuerpo sagrado en un madero, y su crueldad ha llegado hasta lo mas intimo del (1) Psalm. 21. ¥. 28.