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—309— deseo que tiene de que estos sean felices, aman- dolo & él sobre todas las cosas. Si, es Dios todo amor y caridad, y nada nos lo dice mejor, que aquel Corazon de su Hijo, que arde en las*llamas que han de abrasar la tierra: (1) es todo paz y misricordia, y basta para cono- cerlo, escuchar las voces dulcisimas con que Je- sus convida 4 todos 4 que vayan 4 hallarla ensu corazon: (2) es infinitamente santo y justo, y bien nos lo dan 4 entender las incomprensibles humi- llaciones, 4 que se ha condenado este Corazon divino por borrar el pecado, y satisfacer por el hombre la deuda infinita, y librarlo de la pena eterna en que incurriera: es infinitamente sabio y poderoso, y en noda aparecen tan sorprenden- tes estas perfecciones como en la union inefable que tienen en Jesus lo infinito y lo limitado, lo humano y lo divino, lo terreno y lo celestial. To- das las criaturas publican la existencia del Ser di- vino: los cielos cuentan la gloria de Dios, y el fir- mamento anuncia su sabiduria: las estrellas lo bendicen, el sol y la luna lo ensalzan y toda la naturaleza celestial, terrestre, animada é inanima- da predica sus grandezas. Pero, ,qué valen estos testimonios, y qué significan estas voces al lado del testimonio del mismo Dios hecho fombre? Jesus (1) Lue. cap. 12. v.49. (2) Math. cap. 11. y. 29.