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BF : : —305— 4 Jesucristo por un alma, que acosada de una ne- cesidad espiritual, se habia encomendado 4 sus oraciones, oyé estas palabras, que la dirigié el mismo Seftor: “Hija mia, di 4 esa persona, por quien me ruegas, que busque en mi Corazon el remedio de sus males, pues con seguridad lo ha- Ilard: que tenga 4 mi Corazon una devocion sin- cera y tierna, y venga 4 él con el candor y con- fianza de un niiio inocente, que, para obtener de su padre lo que apetece, no sabe emplear otro ar- . tificio, sino el que le sugiere el amor: si asi lo hi- ciere, alcanzara cuanto desea.” MAXIMAS. jAh! Nosotros no debemos desear sino que, por la gloriade su nombre Dios nos perdone nuestros pecados, y nos lleve 4 la patria celestial: y como esta es la tinica cosa necesaria, se la hemos de pe- dir al Seftor cada dia, acercdndonos para ello al Corazon de Jesus. jQué resultados tan felices ten- dremos! Los que se apartan de Dios, seran escri- tos en la tierra: pero, de los que se acercan 4 Je- sus, esta escrito que se alegren, pues sus nombres estan escritos en los cielos. (1) Pidamos, pues, ca- inc i nt Di att gn a aEti nie ene (1) Div. Bernard. Serm. 8 de Passion. ’

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