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—299-—- . nos lo concedera. (1) Mas, para animarnos, quiso darnos algunos signos de nuestra futura dicha, diciendo que los que tuvieren hambre y sed de la justicia, serdn hartos: (2) que de los pobres de espi- ritu es elreino de los cielos,y que sus ovejas cyen su vor, y las conoce, y ellas le siguen y no perecerdn Jjamas. (3) {Qué palabras tan consolatorias son estas para aquellas almas que son verdaderamente devotas del Corazon de Jesus! ;Quiénes son esos que de- sean con ardor ser santos en sus pensamientos, puros en sus palabras é inocentes en sus obras? {Quiénes son aquellos que escuchan con amor la voz de Jesucristo y le obedecen con docilidad, conociéndolo y siendo conocidos de él? Los pre- destinados, que no suspiran en esta vida sino por ser semejantes en las virtudes 4 aquel, 4 quien se pareceran en la gloria venidera. De estos dice Je- cristo que es el reino de los cielos, porque son humildes: 4estos promete que verdn 4 Dios, por- que son de corazon limpio: estos son los que es- tan siempre en la escuela de Jesus sin quererse separar de é], porque saben que sus palabras son 3 de vida eterna, Cuando el alma suspira por retratar en si las vir- (1) Mrth. cap. 21. vy. 22. (2) Id. cap. 5. v. 6. (3) Joann. cap. 10. v. 27.

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