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ve —291— de Dios y de la humanidad? {De dénde procede que repitiendo el juez birbaro que Jesus no ha hecho mal alguno, (1) no responda el pueblo sino con ira, animosidad, execracion y blasfemia, pi- diendo con voces tumultuosas que sea crucifica- do? ;O Dios de misericordia! De tantos misterios de amor como te has dignado revelarnos, yo no comprendo ninguno, porque soy limitado, ado- randolos todos con humilde acatamiento: mas no es un misterio para mi lo que pasa en el seno de la nacion querida, porque he hecho por mi des- gracia muchas veces lo que ella no hiciera sino una sola. jAy! El amor que tengo es tuyo, 6 Dios mio, la ingratitud es mia: tuya es la gracia, mio el pecado: ti me has IHamado, yo he huido de ti; ti eres la fuente de la caridad, y yo he querido agotarla con la ingratitud. Gracias, 6 Dios mio, gracias te doy, pues todavia me buscas y me lla- mas, conviddndome con el perdon y prometiéndo- me la gloria, si oigo tu voz amorosa. Punto secunpo.— La vida de Jesucristo es la vida de Dios, empleada toda en hacer bien 4 los hombres, proporciondndoles los medios de ser fe- lices en este mundo y mucho mas en el otro. Sin embargo, miran los hombres con tan poco aprecio los bienes inmensos que se encuentran en el amor (1) Lue. cap. 23. v, 22. ‘ 20