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—274— aparecié y que vimos, gloria como de Unigénito del Padre, Ueno de gracia y de verdad. (1) {O Dios mio, Dios mio! {Qué somos nosotros, pobres cria- turas, para que nos mostreis tanto amor? Yo no veo en minada que pueda moveros 4 amarme, an- tesencuentro mucho que debiera escitar en vos una indignacion infinita: yono veo en mi sino pecados, profanationes, maldades, ingratitudes 4 tanto amor. jAy, Sefior! No permitais que ni aun leve- mente falte yo al amor infinito que me habeis mos- trado, al quedaros conmigo en este mundo, pues quiero emplearme todo entero en vuestro santo servicio. EJEMPLo. Todos los justos han mirado con reverencia el lugar sontificado con la presencia de Jesucristo, y estaban en el templo con un respeto profundisi- mo unido 4 un afecto Ileno de ternura. El glorio- so San Pascual Baylon tenia tan afectuosa devo- cion al Santisimo Sacramento, que no podia entrar en la Iglesia 4 asistir al sacrificio de la misa, sin elevarse inmediatamente 4 la contemplacion del amor de Jesus, adordndolo entre celestiales deli- quios. Y quiso Dios que este afecto del Santo se manifestase aun en sucuerpo inanimado, pues al ~ (4) Joann. cap. 1.° v. 14.