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—265— ’ Dios,no tenian mayor satisfaccion queen verse per- seguidos, despreciados y olvidados de todos, sa- _ biendo que en el otro mundo estaba depositada su corona. Asi, habiendo un dia el mismo Jesucristo preguntado 4 San Juande la Cruz qué premio queria por tantos trabajos como habia padecido por su honor, no le dié mas respuesta que ésta: Senor, deseo que me recompenseis, envidndome pa- decimientos y desprecios por vuestro. amor. {Ali! Es tan suave el yugo del Sefor para quien lo aia, que cuanto mas padece por Jesucristo, mas desea sufrir y padecer. Proposiros. Porque el Senor miré la bajeza de su esclava, de- cia la Madre de Dios, desde ahora me dirdn bienaventurada todas las generaciones. (1) Me com- plazco, decia San Pablo, en las afrentas y en las adversidades por Cristo. (2) Gracia y paz cum- plida, exclama San Pedro, sea en vosotros en el co- nocimiento de Jesucristo, por el cual nos ha dado Dios grandes y preciosas promesas, para que por ellas seais hechos participantes de la naturaleza di- vina, huyendo de la concupiscencia del mundo. (3) (1) Lue. cap. : Z 48. (2) 2,@ Cor. cap. 12. v.10. (3) 2.4 Petri. cap. 1. v. 2, 4. : -