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—253— le quedan. {Qué ideas tendrian estos espiritus y qué deseos los animarian al ser testigos de tan inefable bondad? j;Ah! Envidiarian casi la suerte de los hombres, al verlos amados de aquel Cora- zon, que ellos adoran sin cesar, y alimentados con el pan divino, cuya sola vista les hace 4 ellos bienaventurados. Y en el cielo mismo no cesa su asombro, cuando el Cordero, ante quien se pos- tran sin cesar, muestra a su Padre el Corazon herido, para que tenga piedad de los mortales desgraciados. ° Asi es que apenas empiezan 4 realizarse los misterios de la redencion, se dejan ver de los hombres de una manera nueva y sorprendente, desprendiéndose de los cielos 4 millares, rodeados de suave luz y modulando himnos de gloria, en los cuales dan loor alaltisimoen los cielos, y desean paz en la tierra 4 los hombres de buena voluntad. Y cuando Jesus ha triunfado de la muerte, se mezclan con los discipulos vestidos de blancos ro- pages, y despidiendo luces como el sol. jAh! ,Qué pasa de nuevo entre los angeles? Se alegran, por que se llena su nimero en el cielo: se gozan, por que somos elevados con ellos 4 la inmortalidad: solemnizan el dia de gozo comun 4 los cielos y 4 la tierra, 4 los angeles y 4 los hombres, porque puede decirgeles ya 4 estos: No sois ya extrange-