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—252— tisimo, excede 4 los serafines en amor, 4 los Que- rubines en sabiduria,4 los Tronos en sublimidad, _ 4 las Virtudes en poder, y 4 los Arcdngeles en dignidad, siendo Reyna y Sefiora de todos: todos los demas hombres son hijos de Dios, herederos de su gloria, coherederos de Cristo. {Qué asombro para los Angeles, dotados de un entendimiento perspicacisimo, al contemplar las relaciones de amor, que ligan 4 una criatura inferior 4 ellos con aquel 4 quien adoran sin cesar, no atrevién- dose casi 4 mirar su trono de luz eterna é inac- cesible! ;Qué alegria, al mismo tiempo, al consi- derar que la caridad y la humildad de su Rey ha restaurado sus pérdidas, (1) y al ver que el lina- ge humano es asociado 4 los gozos eternos del paraiso, donde alaben juntos al Sefor! Elevemos nuestros corazones en alas de la fé y contemplemos 4 Jesus conversanido con los hombres y reinando en el cielo con su Padre. {Qué espectdculo tan sublime para los angeles! \Qué éxtasis tan indefinible! Ven que el Corazon de su Rey es un volcan de amor hacia los hom- bres, que se entrega en comida y bebida, que permite que la lanza cruel le atraviese para dar por ellos hasta las fltimas gotas de sangre que (1) Humilitas omnibus attulit utilitatem, Angelis restauratio- nem, ibus reconciliationem, captivis inferni liberationem. Div. Bern. Sen. T. 3. Serm. 3. de B..V.