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—I— los Profetas, del Hijo del hombre: porque serd en- tregado ¢ los gentiles, y sera escarnizadoy azotado, y escupido, y, despues que lo hubieren azotado, le quitardn la vida. (1) {Con qué ansia deseo que llegue el dia de mi sacrificio! |Con cudnta volun- tad me pondré en manos de los verdugos, para ofrecer 4 mi Padre mi vida en satisfaccion por los pecadores! Hé aqui la vida del Corazon de Jestis; vive entre espinas, late entre azotes y desprecios, y respira entre heridas y amarguras. {Quién no amara un Corazon tan herido? ;Quién no dard su afecto 4 un Corazon tan amante? ,Quién no abra- zara un Corazon tan casto? ,No es una monstruo- sidad mostrarse indiferente 4 quien nos amé, sin . haber hallado en nosotros mas que fealdad de pe- cados y hediondez de vicios y abominaciones? A- memos, pues, y abrazémos a nuestro querido Je- sus, y no nos separemos de su Corazon, meditan- do sus virtudes, para que se digne herir los nues- tros con el dardo de su amor 6 infundirnos espi- ritu de fé y caridad, de humildad y contricion, 4 fin de adorarlo como 4 santuario de Dios, propi- ciatorio divino, arca del testamento y consuelo de los desgraciados. Meditese sobre estas verdades, y, conclwido el rato (1) Ibid. cap. 18, v. $1. 32,