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—227T— obras: nunca se vid tal cosa en Israél. (1) Mas, iqué vé en Jesus este tropel de gentes, ademis de su suavidad y hermosura, para que lo vayan siguiendo por todas partes con una especie de fuerza irresistible? jAh! Un espectaculo para ellos nuevo y desusado, una amabilidad descono- cida en la tierra, un carifo propio de solo Dios, que quiso conversar con los hombres: Jesus reci- be & los pecadores y come con ellos, (2) haciendo lo contrario de cuanto practicaban los sibios y docto- tores, que se tenian por santos, y no permitian que se acercara 4 ellos ningun impuro, creyen- do que perdian su justicia y su virtud. Asi, no hay que buscar entre esa prodigiosa muchedumbre, que sigue al Salvador, mas que pecadores: hay entre ellos publicanos, que con fraude se han apoderado del bien ageno, hombres que se han olvidado de la ley divina, mujeres que se han entregado 4 la corrupcion, y prevari- cadores de toda clase. Pero, apenas ha empeza- do Jesus 4 anunciar penitencia y remision, han comprendido que su Corazon esta inflamado de amor por los pecadores, y que tienen en él un refugio, ya para aleanzar la miricordia de Dios, 4 quien saben que han ofendido, ya tambien para libease de las calamidades temporales en que ~(1) Math. eap. 9. v. 33, (2) Lue. eap. 15.v.2." 16