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—212— su Corazon la gracia de que necesitamos para yen- cer 4 nuestros enemigos. Grande es nuestra mise- ria, muchas son nuestras necesidades; pero mayo- res son los remedios que encontrarémos en el Co- razon divino: alli vive la sabiduria para ensehar & los ignorantes; alli es el centro de la fortaleza para robustecer a los débiles; alli reside la eterna luz, que ilumina 4 todo ser racional, el consuelo para los tristes, la medicina para los enfermos, la paz para los atribulados, y la salud para todos. jO Corazon sapientisimo, fortisimo, dulecisimo y amabilisimo! Si necesitamos socorro, él es la vir- tud: si tememos la muerte, él es la vida: si desea- mos ir al cielo, él es el camino: si huimos de las tinieblas, él es la luz: si buscamos alimento, él es comida. (1) {Quién pudiera imaginarse que Jesus reserva- ba en su Corazon tan abundante tesoro de gra- cias? Es el templo de Dios, el santuario celestial, el arca del testamento lo que se nos muestra; es el Corazon del rey, del hermano y del amigo lo que hemos hallado. j;O bondad, 6 clemencia! Es nuestro el Corazon de aquel, 4 quien dia y noche alaban los Serafines, teniéndose por dichosos de que sus alas sirvan de escabel 4 sus pits sagrados. A su lado son como una arista los tronos de la (1) Div. Ambr. Lib, 6. Examer. cap, 4, ; % a : 4 ital ae 0

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