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—209— una fuente que saltara hasta la vida eterna. (1) En efecto, Jesus ha derramado la sangre hasta por los poros de su sagrado cuerpo, sudandola en las agonias del huerto: despues la ha derramado por la espalda con cinco mil azotes: la ha derra- mado de sus augustas sienes, taladradas con agu- disimas espinas: al fin la ha derramado de sus manos y piés, cruelmente agujereados con los cla- vos. Mas jestaban completas las fuentes del Sal- vador, de las cuales los hombres tomarian llenos de gozo aguas de vida eterna? Faltaba aun abrir la fuente misteriosa, que brota del cuerpo ya di- funto, yerto, y glacial, del cual solo por un pro- digio podra salir una sola gota de sangre; faltaba la fuente, que habia de manar no solo un arroyo de sangre, sino otro de agua purisima: faltaba el manantial, que saltaria Ileno de fuego abrasador por venir del asiento de todos los afectos, del lu- gar de todas las afecciones, de alli donde viven el amor, la ternura, la compasion, la piedad y mise- ricordia, del Corazon amantisimo del Salvador. jAh! Habia reservado Jesus para su Corazon el darnos el agua, que nos regenera y lava del pe- cado enel bautismo, y junto con ella, la sangre, que tomada con fé y piedad en la Eucaristia, nos da la vida eterna. (1) Joann. cap. 4 v. The 5:.

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