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74 De la Confesión por él se le- dará en el infierno al pecador, Quanto á lo primero , eonsidera que el pe» cado mortal es tan abominable mal, que pone 4 la alma feísima, asquerosísima y abominable, mas que un perro muerto y hediondo. Está la alma en pecado como una casa derribada sin puertas , ni ventanas; como una tierra. sin agua . llena de abrojos y espinas. Está combo un albañal pestilente. Está-como-=un: cuerpo muerto , corrompido y lleno de gusanos ; y fi» nalmente , queda hecha un retrato: del: demo- nio ; y si Dios: manifestase á alguno sa hors rible fealdad , dice San Gerónimo , que esco» giera ántes, por no verla , arrojarse en un hor- no encendido. Refiere el Padre Ignacio Fiol, que hubo un Soldado casadó con una muger virtuosa: y hóne rada, que vivia amancebado, y su muger sentia por extremo su mala vida , y le solia zckit y acechar: Levantóse: una noche: dela: cama , y dexando á su muger durmiendo, «se fué á la casa de su amiga: Quando la muger: despertó, y le echó menos. sospechó de la traicion. Le» vantóse , y $e.puso ú la ventana , esperándole quando volviese para convencerle de su deli- to: hacia Ja>luna muy clara, y así le vió quando volvió; «pero:mo- Je conoció , porque traia el rostro tan feo y espantoso , «que sin poder mas , dió grandes voces y gritos, 2som» brada con su vista lena de pavor y terror. Alas voces despertó la familia , y viendo á su amo "le desconocióron y y le tuviéron pos de»

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