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58 1 Delta Confesior ú otra semejante vanidad , no procurariais has cer tiempo para verlos, y aun buscar dinero para pagar' la entrada ? ¿Y para confesar taa» ta repugaancia? Dios os dé luz para conocer Vuestra ceguedad , y para la enmienda. De lo. dicho aquí, no es dificultoso de creer gue todos estos llevan camino de condenacion, En confirmacion de esta yerdad , reveló -«nues- tro Señor Jesuchristo al Venerable Francisco de Yepes , que los mas de los christianos que se confiesan de tarde en tarde, se confiesan mal, y se condenan. Y estando una Semana Santa el Siervo de Dios muy contento, por ver tan- tos como se confesaban , eno de gozo le dió al Señor los parabienes , y: su Magestad le res» pondió: ¡Ay hijo ! no sabes tú lo que hay en esto ; y así te digo , que son mas los que Com» fiesan y comulgan mal , y en especial los que confiesan de año á año, ó muy de tarde en tar» de. Y le volvió á repetir, que de estos eran mu- ehos los que se condenaban. Y tambien Je dixo, que el remedio era confesar y comulgar ú me- mudo , con órden y direccion del Confesor. Despertador del Alma , fol.282. y 289. Otros muchos mas defectos á este tenor se pudieran referir aquí, y se experimentan. To- dos estos que hasta aquí sc han referido, son los que bruman el alma del pobre Confesor, pues le ha de constar del dolor y propósito verdadero ; pero las señales son muy contra- rias , y no sabe como absolverles , hallándose su corazón en una prensa. Y por esto no hay que

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