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50 De la Confesion * liente de la voluntad , que determina (confian- do en la divina gracia , y desconfiando de su flaqueza ) no volver mas 4 ofender 4 Dios, por los mismos motivos que le pesó de haberle ofendido. Ha de tener quatro calidades. La primera es , que sea firme , porque Ba de estar el alma: determinada «4 no rendirse mas á la culpa , por quantos intereses, gustos: vonveniencias , honta y fama hay en el mun- do , al modo que una muger honrada está fir- “me en no hacer traicion á su marido, no por dádivas , ni por amenazas, ni otras propues» tas y pretensiones , y ántes perderia la vida, que cometer tal maldad. Esta firmeza ha de ser $], y tan constante y varonil, que aunque te pusieran delante quantos martiriós y tormen- tos daban á los Mártires , las parrillas , plo- madas, catastas , peynes de hierro ,' calderas “hirviendo, y amenazándote que- por ellos ha- “bías de pasar , si no cometes la culpa, estés en ánimo fixo con la divina gracia , queno te faltará , de elegirlo , si fuese dable, ántes que rendirte Í un pecado mortal. La segunda calidad es; que sea eficaz 5 y así no basta un quisiera no pecar , quisiera “apar- tarme de tal y tal ocasión , Ec. que esto es veleydad , y nó es resolucion. Hay niuehos 4 quienes el demonio va entretenienda y: enga- ñando con este qRisiera , pero suele quedarse la ocasion en casa ¿el odio sin arrancar ,: y la restitucion sin hacer. El que intenta y desea -cofseguhr* un fin , necesariamente* debe porter