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y Comunion. Trat. I. 41 como él no podia hablar en lo que tocaba ú 14 Gonfesion , valióse de la noticia que le dió el compañero', y le dixo que volviesen ú la Igle- sia” aprisa ántes que se fuese aquella muger: Apénas volviéton al Lugar, quando á pocos pa- sos oyéron- tocar 4 difunto ; y entrando en él, preguntando*¿ quién habia muerto? Les respon- diéron que “aquella Señora , y decian “todos: pDichosa: y feliz muger , ¿quien vuesas Paz ternidades han confesado! ¡Qué gran felicidad haber logrado: el morir despues de haber con- fesado | Dios ós traxo', Padres , para bien de su: alma; Sabed que apónas llegó 4 su casa quan: do: Je dió un accidente en la gargañta, y la ahogó : suceso que fuera lamentable, si no cons tára :ú-todos- la dicha de haberse: confesado, Agaí faé donde atravesó á aquel Padre un cu- ehillo de dolor com esta segunda noticia, pes ro-disinuló con prodencia. ¡O qué dolor sien- ten-los verdaderos” zeladores de las almas qué alguna se pierda !-Halláronse al entierro : que- dáronse toda aquella: noche en la Iglesia pi- diendo á Dios, que si era servido , les mani- festase el estado: de “aquella alma , ya que les habia manifestado da vision , y aquella muer- te repentina 4 su. Confesion , la qual pudiera ser seguridad. 4 no haber precedido aquellos infaustos sucesos. ¡O quántos se confiesan , pe- ro por cumplir con el mundo, sin dolor 6 sin declararse + Oyó- Dios la: fervorosa y prolixa ¿oracion-de aquellos Religiosos ; y estando en £l silencióomas profundo de le noche viéron