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38 De la Confesión puesto Dios en este Sacramento , por el qual" el Confesor no puede revelar á nadie ningun pecado que le confesáron , aunque le quema- ran vivo ,Ó le hicieran pedazos. Es con tanto rigor y obligacion este secreto, que ni á 4 mismo á solas puede sin tu licencia manifes- tar un solo pecado venial que te oyó en Con- fesion , y aunque importara Ja salvacion de 10do el mundo , ó Eb de perecer la fe y la Iglesia de Dios; y si fuera necesario podia jurar que no sabe tal cosa , porque lo que oyó se lo dixéron ¿ no como 4 hombre , sino comb al mismo Dios. Demas de esto , para que te alientes 4 confesar, has de tener entendido que causa al Confesor una: alegría singular quando alguna persona se desehoga , y confie» sa muy feas culpas , pues ve que Dios le to- ma por instrumento para la salvacion de aque- lla alma. Mira que el Confesor es hombre co- mo tú , y quizá ha cometido mayores peca- dos que tú , -ó puede cometerlos si Dios lo de- xa de su máno ; y así , confia que no se escan- dalizará de nada: por eso puso Dios en el confesonario hombres , y no Angeles impeca- bles; y aunque hayas vuelto á caer en aquel ó otros pecados , ve con confianza , aunque sea con el mismo Confesor , como lo haces con un mismo Médico quando recaes en. al- guna enfermedad. No te embarace el aprehen- der que acaso se menoscaba tu crédito con aquel Confesor ; ántes debes saber que para con' él quedas mas acreditado , por verte ya

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