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UN ! y EN . 1 AL 5 370 De la Confesión tista no se tenia por merecedor de desatar la correa de tu calzado: si los Angeles en tu pre. sencia tiemblan de puro respeto y- reverencia: si María Santísima, siendo tu amantísima Ma. dre, y tan pura, se reputaba por humildísima esclava , ¿qué debo hacer yo, miserable -criaw tura, con tantas culpas y defectos? Pero, Se ñior mio piadosísimo , mi gran miseria é indig- nidad llama á tu gran misericordia; y pues no veniste á búscar justos , sino pecadores , yes» me aquí uno de ellos el mas ingrato. Ruégote; misericordiosísimo Redentor mio, por tu infis nita caridad , apagues el fuego de mis vicios, me infundas virtudes , aumentes las gracias en mi alma, para que sea digna morada tuya: adórnala , Señor , con profunda humildad , con ardentísimo: amor , y fervorosos deseos- de re- eibirte con pureza, qual yo necesito , y de= sea tu infinita Magestad, á quien sea honra y gloria por todos los siglos. Amen. Al recibir la sagrada forma: considera que pones la boca en la sacratísima llaga del «costa» do de Jesuchristo , Ó que le recibes de. mano del mismo Señor , 6 María Santísima. Y en fin, aquello que mas te movierc tu devocion; y dirás esta jaculatoria. Entrad , Señor , en mi alma, Tomad posesion en ella, =- Y regidla y gobernadla, Para honra y gloría vuestra.

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