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446 De la Confesion haciendas y empleos, sin mas ingenio y afan que con estas trampas á pie quedo, que pare- ce imposible dexe de haber en esto grandísi- mos daños de los próximos. Y ello es bien pa- tente que hay tal cadena de hurtos y tan lar ga, que llega hasta el infierno , de que tira Ly- cifer hácia baxo; pero los clamores de los po. bres suben hácia arriba; esto es , hácia el cielo, comola sangre de Abél, pidiendo justa ven: ganza al divino juez contra quien lo hace y contra quién lo permite. Y á su tiempo lo ve- rán sino se enmiendan. - Mucho mas pudiéramos extender la acusa: cion de este séptimo Mandamiento, aunque el mayor daño y peligro está en la dificultad de restituir; y así sepa qualquiera que no hay sal- vacion , si no hay restitucion , se entiende pu- diendo: Non dimittitur peccatum si non res tituatur ablatum, dice San Agustin. De aquí inferirás ser verdadera la doctrina del Santo, que dice: Que de los Christianos son mas los que se condenan., que los que se salvan. ¿Pues si en este solo Mandamiento hay tantos compre= hendidos , qué será en los demas ? Concluya- mos con un poquito de indiferente para hacer ménos molesta la leccion, y sea la cifra 6 pin- tura siguiente , que abraza á muchos de los rez fexidos , y encierra muy sólidos desengaños.