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340 De la Confesion tina para introducir materiales no muy legik; mos, ó ménos cargas de ladrillo, cal, yeso, teja , Ó cantos, ó madera, contándolo despues al duéño por entero. Y mas si son obras del Rey , en que suelen hacerse 4 una con log xefes Ú capataces, Contadores , Escribanos, Veedores y otros, que andan en la faránd hurtando todos de mancomun , para embolsar cada uno en particular. Y lo mismo en su mo- do suele suceder en otras fíbricas. Y en esta clase pueden entrar los que tienen la comision ó concierto de provisiones de vestidos, cami- sas , zapatos , medias, tes , sombreros , dc. para los soldados , y tal vez para los pobres de las cárceles y hospitales , en que suelen tam- bien entrar los sastres y zapateros , mercaderes y otros, dándolo del baratillo, y despues se cuenta por entero á la hacienda Real. Y aquí suelen algunos usar de gran tiranía con las pó- brecitas, ú quienes dan guantes Ú camisas, ú otra cosa que trabajar, y lo pagan como ellos quieren, y aguantan á mas no poder su extrema necesidad. ¡O qué gran crueldad es esta! Á este modo suelen hacer otras injusti- cias los que dan 4 hilar lanas 4 “los pobres, en donde hay fábricas. Pero tambien los pobres trabajadores , así hombres como mugeres , de- ben acusarse si han hurtado, d desperdiciado algunas porciones pequeñas de lana , lino, ovi- llos Ú madejas , 6ó cercenado las libras en aquello: que les entregan los dueños , aumea- tándolas con humedád, e. ¡+ '