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296 De la Confesion como hacia Santo Tomás de Villanueva siem» do niño; que asistan al templo, á la Misa y Sermones y al Rosario; que no rifan entre sí, ni jueguen á naypes, ni juren, ni sean menti. rosos , y sobre todo, que se guarden de todo vicio de deshonestidad , huyendo de malas compañías , castigando estos excesos mas que los de la leccion, refiriéndoles algunos exem- plos, Gc. Los niños «son como arbolitos tier. nos, que sival principio no se crian rectos, des. pues solo sirven para el fuego. El bien ó mal de las repúblicas depende en gran parte de la buena ó mala educacion de los Maestros. Y aunque los padres tienen obligacion de educar á sus hijos; pero quando van á la escuela, descargan en mucho. su conciencia ..con ellos, á veces, ó casi siempre los sujeta mejor el nr , que el padre ó madre , porque estos eon el amor natural suelen disimular lo que no es justo. Y hacen muy mal algunas madres de poco juicio, que porque el Maestro cas- tigó al muchacho (que siempre habrá muy so- brados motivos para ello), van á la escuela co» mo unas sierpes pao á alborotarla , y aun el barrio , y quizá le quitan del todo, que vuel- va, con que le ponen de peor calidad. Y así, lo que han de hacer quando se vayan á que- jar es responderles con una muy buena y se- gunda vuelta de azotes, y con eso no volve- rán. Esto es lo acertado, y lo demas suele pas rar en que como los crian consentidos, des- pues les dan muchas pesadumbres, mala ve--

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