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24 De la Confesion tado, Otras personas suelen acusarse , dicien= do ; Acúsome de un mal pensamiento ; y en es- to quicren decir que es un pecado muy: feo de obra; con que el Confesor , juzgando qui- zá que es algun pensamiento malo que han te= nido , pasa adelante , .y- ellas se quedan: con él en su alma; pues aunque: su «conciencia les re- ¡muerde que no se declaran «bien , “aguardan que el Confesor:les pregunte;«<y sino .lo-hace, van continuaudo muchos años este malmodo de confesarse. ¡O quánto se halla de esto!Y otras llevan hechoel ánimo absolutamente á no decir alguna cosa grave que les: remuerde, si el Confesor no les pregunta en aquella mas teria. Otras personas callan pecados «que-.co- metiéron consigo mismas, y se quieren 'per- suadir á que si no lo hacen con otra persona, ó no se acuerdan de ella entónces , no pecan; aunque su conciencia les escarba. Otras juz= gan que siempre que confiesan han de decir alguna culpa muy grave que cometiéroa,.aun- que la tengan ya confesada ; y así. con este error lo callan en algunas Confesiones. Sepan que una vez bien confesado el pecado , no hay obligacion á tecirlo otra wezy y si acaso lo quieren decir , esto es devocion , y para mas Hhumillarse, Otras personas ( especialmente mu- geres , y muchas doncellas , en quienes. pre» domina mas la vergiienza) hacen pecado lo que ño es , y no consintiéron ; como es si al. guno les quiso hacer fuerza ,. 4 lo qual se re- sistiéron y no consintiéron; y Juego juzgando
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