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y Comunion. Trat. V. 271 cen, y restituyen la honra. Lo mismo se puede decir de los qué se de- xan arrastrar de la pasion de la avaricia, en es- pecial muchos que: tienen tratos , comercios, tiendas , lonjas y algunos oficios públicos; y quando se confiesan , van cargados de alegatos de que les cuesta tanto y quanto; que tienen que pagar casa; que se les siguen estos y aque- llos perjuicios; que así es costumbre, Ge. Si son Alguaciles, se excusan con que no les dan otro salario, que tienen que mantener familia. Si son criados ó criadas que sisan ó quitan al- go, dicen que tienen mucho trabajo, y que merecen mas premio; y así es una plaga en muchísimos , y parece que mas van al confe- sonario á alabarse y santificarse por sí, que á acusarse , y se cumple en ellos lo que dice Da- vid (Psalmo 140. v.4.): Excusationes in pec- eatis, que todo es excusar los pecados: y si no, díganme estos y estas: Si se hallan tan justificados, ¿para qué vienen 4 acusarse? Por lo que advierto, que en aquellas cosas que has de obrar ú omitir, en que puede in- tervenir pecado,. te pongas con indiferencia delante de Dios, con desco de hacer lo que le sea mas agradable, sin dexarte arrastrar de los ímpetus de las pasiones de ira , concupis- cencia , odio, venganza , amor propio y otras, pidiendo á su Magestad te comunique su di- vina luz para el acierto. Atiende á lo que ins- pira el interior, y con esto verás las cosas de distinto modo que quande olas atropellada y —- A l 1 b ii