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y Comunion. Trat. 17. 285 sencilla y vergonzosa doncella , que cayó en alguna fragilidad , y viene Mena de aquel ru- bor y empacho que es natural en tal estado. Muestra se alegra mucho de que confiesen con claridad, y que no le molestan, ni está de- priesa; y en fin, procura ganarles á todos y á todas el corazon: que conseguido esto, no solo se desahogarán entónces , sino “que -en qualquiera reincidencia d eserúpulo , -vendrán eonfiados por el remedio desu alma.*¡Oh; válgame Dios, y qué maravillosos efectos obrar los» Confesores que practican estas piadosas máximas! Para desahogo y alivio de algunos señores Confesores, que con razon tienen escrúpulo ó temor de confesar ¿4 personas rústicas, y de poca capacidad y saber, en punto de confe- sion , quiero “poner aquí una revelacion de mú- oho' consuelo''que trae el V. P.' Gavarri, inst. 30. Dice: pues que un Misionero le- có2 municó -4 cierta alma virtuosa este escrúpulo; para que lo encomendase 4 Dios, y le pidiéz ra.que le ensefase en eso su voluntad , y “cox mo se habia:de- portar con tales sugetos. Hfe zolo: así, y estando en oracion le dixo su Maz gestad: Hija , dile á ese mi siervo que yo no pido de los tales, sino segun los talentos que les he dado, “que se mire en ellos, como si fuera uno de los tales , y que exerza con ellos lo mismo que el querria hiciesen con él, si fuera como uno de ellos, y que mi gracia lo suple todo de uquellos que de su parte hucer