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y Comunión. Trat. D7. 253 san por virtuosas ( de que en los capítulos an< tecedentes se han referido mucho ), se lamenta de los Confesores y Predicadores , recelando que tengan mucha parte de culpa por omision ó comisión. Y así exclama con estas palabras: Utinam , utinam, ESc. iterum utinam! Pleria que non sint' participes Confessores , Ec. alii ignoranter, vel carnáliter consulentes , et pre- dieantes. (Serm. 44. art. 1 cap. 1.). E Y porque ayuda mucho la prudencia , ca= ridad , zelo y entereza del Confesor, ásí pare oponerse á'estos males, como para excitar y mover con las luces de su doctrina al verda= dero dolor y propósito, y practica de las vir= tudes, será bien decir algo, para que los pes nitentes aprecien. sus consejos , y adviertam que en ellos habla Dios: Qui vos audit: me audit. Por esto has de considerar, quando es: tás á los pies del Confesor , que estás á los dé nuestro Señor Jesuchristo, cuyas veces tiene; Allí exercita tres oficios para beneficio y sal vacion de tu alma. El primero es de Juez, y'como tal oye las causas y delitos para dar la justa sentencia siempre inclinado á piedad en lo posible; que así debe ser aquel santo tribunal, ú distinción de los tribunales del mundo , donde suele ser muy al contrario, Tú eres allí reo, acusador y executor de la sentencia en tí mismo, y por eso has de manifestar con verdad y sinceri- dad el estado de tu conciencia, como ya que- da ¡Íntes preyenido. El segundo oficio es de Ta A E EE dea nidos d 4 Í AN

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