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y Comunion. * Trát. I. 21 el Tustrísimo y Venerable Señor Don Joseph de Barcia , Obispo de Cádiz , gran Maestro de Misioneros , llevaba en las Visitas): en una carta que escribió á los Señores Obispos de España en 17 de Septiembre de 1715, sopli- cándoles 'rendidamente que dispongan Misio- nes en sus Obispados por el gran fruto que hacen , lesdice : Y en fin , Señor , en treinta y tres años que ando en este empleo de la M2 sion , tengo ajustado que pasan de setenta mil los que he confesado de gente que estaba ca llando petados por vergiienzá , sin innumera- bles que har llegado d mis compañeros con lo mismo ; y aun-á los Confesores de los Lugares, por no poder” despacharse con los Misioneros, El P. Bernardino de Villegas , en su libro de la Esposa “de Christo (lib. 3. cap.*13.) dice; Que nuestro Señor reveló 4 una gran Sierva suya, que la mayor parte de las imugeres se condenan y van al infierno” por callar sus fla- quezas en la Confesion. Y el Padre Andrade, en los Avisos de Santa Teresa , dice: Que tu- vo «la Santa revelacion de Dios”, para que. có- mo mensagera suya dixese 4 los Confesores, que se condenan innumerables almas por ea- Mar pecados por vergienza en la Confesion; pidiéndoles encarecidamente que con santo ze- lo y ardiente «caridad “se apliquen 4 remediar tan grave daño. Pues si se atiende á los que llegan sin dolor ni propósito de la enmienda, son tambien muchísimos , y es digno de gran compasion ¿“y que parecerá incrcible al que