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y Comunion. Trat. 1Y. 243 culpas? Y si á esto se añade el haber en casa abundancia de perros ¿ que suelen comprarse á gran precio, y gastar en ellos lo que pu- dieres con-los.pobres de Jesuchristo , ó em pa= gar deudas, es otro absurdo mayor. ¿Y qué seria si á tu muger y familia dieses continuas pesadumbres., estimando mas y asistiendo me- jor al galgo:9 perdiguero que á la esposa? Y mucho peor seria si por la pasion de la caza abandonases muchas veces la Misa. En cierto Lugar (que sé y no refiero) sucedió que un sugeto en dia festivo, miéntras $e hacia hora de Misa mayor, se salió allí cerca de la Igle- sia con unos galgos: cebósc tanto , que se ol- vidó de la Misa: echáron una liebre; pero á pocos brincos- se paró, y los galgos, como si fueran racionales, horrorizados se quedáron cerca mirándola: sin atreverse á llegar; y ella los miraba como haciendo burla. El tal caza- dor, sospechando era el demonio en figura de liebre, se turbó, y se le erizó el cabello de horror, y conociendo era aviso y castigo de Dios, hizoharto en poder volvér al Luw gar, y así quedó bien escarmentado para en adelante. 0 a ii > e: —— a ps y e A Ad == A a í de 4 4 1 j hr

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