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234 De la Confesion tes tentaciones? Posible es, dice el Santo Doc= tor , que estos y estas no tengan tentaciones; pero yo juzgo que en este caso la mayor ten= tacion es no ser tentados. ¡Terrible sentencia es esta en la Iglesia de Dios! (.Flos Sanet. ) Otro lo defenderá diciendo, que los bayles y juegos son cosa indiferente; y que si el otro ó la otra particular lo malean , eso será per ac= cidens; con que siendo así, no se han de es- torbar; y de aquí pasa alguno á dar su sen- tencion muy satisfecho, y un como salyoeon= ducto para dichos empleos. A que respondo, que se ha de hablar en esto con distincion. Hay bayles y recreaciones que no se puede dudar ni poner en qúestion que son indiferen- tes, como es la habilidad que el otro tiene pa- ra danzar con destreza: un juego moderado, mas no de los que pierden el candal y el alma: una música decente y honesta , tocar unos ins- trumentos :. representar una relacion distreta ó jocosa , ó trovada y bien dicha, y así otras ha- bilidades. y. diversiones que no hay razon ni motivo, justo para vituperarlas; y basta «para: cohonestarlas. una sana intencion de tomar aquel lícito desahogo en. tiempos oportunos; y esto pertenece á la virtud que Hama Santo To- mas de Eutropelia, las. quales yo no dudo, ni repruebo que se pueden. practicar lícitamente. Pero si los bayles, juegos y diversiones son de aquellas en que se rozan ó mezclan resabios de torpezas , equívocos y canciones indecentes y. acciones proyocativas , como. las hay en algus

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