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y Comunion. Trat. 1Y. 231 lo que tú sabes, y no es digno de decirse ni imaginarse , aunque Jo lloran los justos y cele» bran los demonios. ¿Qué es esto? ¿Estos llaman juegos los Chris- tianos? ¿Los bijos de Dios? ¿Los que esperan salvarse? , ¿Juegos las escuelas públicas, de tor» peza? ¡O Curas! ¡O Sacerdotes! ¡O Justi- cias, que esto saben y lo disimulan! Terrible cargo os aguarda. Pero mayor le tendrán los padres de familia , que no solo lo permiten á sus mygeres é hijas , sino que componen á esta para el juego , bayle ó junta que ha de haber en casa, 6 4 que han de ir. ¡Ó padres inhumas nos! ¡Y ó6 madre cruel , quizá llena de años y de canas! Tú eres la.mas culparla, pues tes niendo experiencia -en- ti, y aun no has hecho penitencia , y aun puede ser que ni-escrúpulo, unite habrás acusado de lo mucho que defec= tuaste en tales locuras: ¿Qué: haces en permi- tir á-la hija esos bayles y juegos, sino echar azeyte en la leña para que arda mas? - ¿Es pos sible que así olvidas la honra de tus hijas? ¿Es posible que no conoces el daño que traes ú tu casa. con introducir. en ella semejante peste? Pero quizá dirás que con eso se ajustan los cas samientos. Y dime, desdichada ,-¿qué casorio será el que se sigue de tal principio y funda» mento? ¿Qué «fines. tendrán tan: depravados medios? ¿Esto es ser madre 6 alcahueta? ¿Quán+ tas veces cor la esperanza del casamiento se facilitan las solicitaciones y. torpezas? ¿Quin- tas yeces saldria tu hija-de tal juego , diversion t A o. i pS ci Lo pr me E o e ii as

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