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£sÓ "De la Confesion do eso no falta quien apasionadamente lo quie ra defender y dorar con pretextos y razones llenas de prudencia humana carnal, que no sé como pasarán en el juício de Dios. Decidme, padres de familia, y qualquiera que esto permite y practica, ¿qué efectos se pueden seguir de estar en una sala (y muchas veces de noche, que es mas peligroso) diez d doce pisaverdes, y otros tales, que no hacen milagros, y quince 'ó veinte mugeres , casadas y doncellas , que procuran adornarse, no con cilicios. , eomio hacia San Francisco de Borja, quando era Duque ,. y iba 4 palacio : no,como gue han de ir 4 confesar y comulgas, sino sol= tando las riéndas para sobresalir cada una mas que las otras? Allí sale el trage provotativo, costoso y profano, que está guardado en el arca para tales funciones , en que el diablo tie- ne su: ganancia, causando en las mugeres en- vidia y deseo de imitarloz y en los hombres provocación , por serles -con sus desnudeces incentivo de luxuria. Alí el empleo no- es leer la vida de un Santo d Santa , ni otro libro de- voto. No se juntan. para referir exemplos, ni desengaños; no para enseñarse unos á otros el modo y circunstancias de una buena Confesion y Comunion , ni cómo se han de resistir las tentaciones , y evitar 6 huir los peligros , prac- ticar lis virtudes , y tener una vida ajustada. Nada , nada de esto se. ve allí, ni cosa que lo' huela, ni se permitiera eso por quantó hay en el mundos y si alguna, ó lguno hablase una;