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y Comunion. Trat. IV. 219 y mupgeres, y”párece que entónces han una licencia general para hablar palabras torpes, sin que sea estorbo; ni el que el marido esté pre- sente, ni los padres Ú parientes de la donce- Ha, 4 que se legael que entónees innumera- bles mugeres procuran echar el resto en el adorno , que: suele: ser bien provocativo; y como vienen: tantos de esos lugares, se ceban en tales objetos, consintiendo infinitos pensas mientos torpes, “que quizá paran despues en obras. Todo esto “y mucho mas que suele haz ber , lo lloran y lamentan las personas virtuo- sas y temerosas de Dios, y no lo ignoran log que fomentan el que haya toros, y los que no lo impiden , pudiendo y debiendo. Pregunto ahora: siendo esto tan patente y verdadero, ¿habrá en quien es la causa algun pecado de escándalo? Respondan los doctos y timoratos , pues yo no me quiero ahora juzgar capaz de resolver este punto; “pero tampoco quiero aprobarlo por lícito: dirán que no in- tentan esos males , sino que se divierta el pue- blo. Pero si ello es tan notorio, que se han de seguir siempre mas ó ménos, ¿eómo quieren negarse 4 la luz? Otro acaso dirá que de resultas de tales fios- tas participan los hospitales , las ánimas, las ermitas y cofradías, Sc. y que si no hay to- ros , no quieren contribuir con dádivas á las Parroquias, y así que se malogra tanta cari- dad. A que respondo, qhe si por tales medios han de hacer esas buenas obras ó dádivas, mas e t; , al o A Ce 3 f: ÉS SN

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